Las tardes frías
Las tardes ya no son iguales, fríos infernales por las ventanas entran, cual rayo de luz toca mis manos. Suelo sentarme en un parque con la esperanza de quedarme a ver el último rayo de sol sin congelarme. De regreso a casa, ya con la noche encima, el frío que hace que los recuerdos tomen vida, recuerdo cuando era niña y solía rasparme las rodillas tras una caída. Sentada en una esquina, acogida por el fuego de aquella chimenea, empiezo a quedarme dormida, sin tener esperanzas de ver el próximo día, doy gracias por haber disfrutado de aquella tarde fría.
-Dilva Barragán
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